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Oficina comercial AgriEnergia

La compañía eléctrica AgriEnergia se acerca al ciudadano abriendo una oficina de atención al cliente en un local en esquina en Banyoles. Una mampara-lámpara y el cambio de ubicación del acceso articulan la intervención.

Sobre la diagonal del local se instala un radiador luminoso, de geometría ondulada, que reconoce la esquina y separa la oficina en dos ámbitos: uno dedicado a la atención al público y otro para despachos y dependencias privadas.

Después de reconocer vagamente el local desde el exterior, el visitante accede por una puerta enfrontada con la avenida principal y a la misma cota del pavimento interior. Desde aquí el espacio se ensancha gradualmente, acomodando un ámbito para cada mesa, que se despliega desde el zócalo de la mampara. En paralelo, cada convexidad define una sala por la cara interior.

Lunas planas, dispuestas siguiendo la traza de la mampara y en perpendicular, configuran este radiador luminoso. Las lamas tienen el papel de aprisionar y multiplicar la luz, caracterizando la atmósfera del espacio. La repetición y la curvatura le otorgan una visón vibrante que contribuye a desmaterializar el cristal.

La mampara es, de hecho, una gran lámpara que actúa como reclamo del local, coronada por unos motivos dorados que la fijan al techo. El conjunto celebra el episodio clave de la integración de la energía eléctrica en la arquitectura de los años veinte. Al mismo tiempo explicita una de las formas que toma el producto que se despacha en esta oficina, la luz.